En este nuevo aniversario de nuestra autonomía, va un saludo a todos los paisanos sarmienteros, lleno de recuerdos. Les dejo dos pinceladas, de una calle y de la antigua iglesia que nos robaron.
I
(Iglesia de San Carlos Borromeo)
Cuando era niño, recuerdo,
yo era un río de palomas
que del campanario de la iglesia
a las acacias de la plaza
navegaba.
Con ellas en la mirada, soñaba.
¡Ay, quién me diera
otra vez ese mundo
de palomas y de acacias!
Y el cobalto cielo
que las cobijaba.
II
(Calle Moreno)
La calle tenía
un punto de fuga en la perspectiva,
sobre trigales lejanos, borrosos,
donde la mirada en paz se perdía.
La calle tenía casas
con historia y luces de melancolía
encendiéndose a la noche, desvaídas, amarillas.
La calle tenía un horizonte azul,
una iglesia vieja y voces amigas.
(Desde la distancia de gastados años
el hombre la mira.)
(De "Milonga del primer cielo". Daniel C. Bilbao)
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